lunes, 4 de abril de 2016

Lanzaderas de empleo, mejoran la empleabilidad

JAVIER RADA

Lanzadera de empleo de Fundación Telefónica

Fundación Telefónica y Fundación Santa María la Real han impulsado 55 Lanzaderas de Empleo durante 2014 y 2015, con las que han ayudado a más de 1.100 jóvenes a entrenar una nueva búsqueda de trabajo en equipo. Los participantes han reforzado sus habilidades, fijado su objetivo profesional, ampliado sus contactos y multiplicado la posibilidad de encontrar empleo, promoviendo su proyecto emprendedor o idea de negocio. Con estos antecedentes, ambas Fundaciones, con el apoyo y la cofinanciación del Fondo Social Europeo, promoverán 454 lanzaderas más hasta 2020, que ayudarán a muchas personas en la búsqueda de trabajo y contar con nuevas oportunidades de crecimiento personal y profesional.

Buscan trabajo entre todos y para todos. Ganan confianza y autoestima. Enfocan su carrera y desafíos. Pelean unidos. El programa Lanzaderas de Empleo surgió en el año 2013 en la Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo (Castilla y León), la misma entidad que décadas atrás impulsó las Escuelas Taller, por las que llegaron a participar más de 700.000 personas. Surgen como una iniciativa innovadora para el fomento de la empleabilidad acorde a la nueva situación económica.

Pronto, en 2014, Fundación Telefónica se sumó al programa y apostó por él, junto a otras entidades privadas y administraciones públicas. Con este mercado laboral global y cambiante se requería otra forma de actuar, un salto cualitativo, con una nueva filosofía frente al desempleo juvenil que es sangrante en España. El paro era el problema, y los desempleados, la solución. Así nació la primera experiencia, que rápidamente se extendió por toda la geografía española. En 2015 se pusieron en marcha 55 lanzaderas en distintas ciudades gracias al Programa de Empleabilidad Joven de la Fundación Telefónica, Todos Incluidos.

Una lanzadera es un equipo heterogéneo de personas desempleadas con espíritu dinámico, comprometido y solidario, que coordinadas por un técnico o mentor, refuerzan sus competencias, generan conocimiento colectivo, se hacen visibles y colaboran cohesionados por el fin común: un empleo para todos. Cada lanzadera la forma un equipo de 25 personas de hasta 35 años que trabajan cinco meses en un conjunto de experiencias relacionadas con la mejora de sus oportunidades para encontrar empleo.

Movidos por un espíritu participativo, se organizan como si fueran una empresa, repartiendo sus tareas en departamentos (el de intermediación laboral, comunicación, marketing, etc). El objetivo común de esta ‘empresa’ es que cada uno de sus miembros pueda lograr el empleo, y que a la vez puedan desarrollar competencias claves como la confianza, el trabajo en equipo, la comunicación o la gestión del tiempo. Desarrollan competencias digitales, aprenden a enfrentarse a una entrevista, a planificar, focalizar las ofertas, son protagonistas de su propia estrategia.

Compartes conocimientos y experiencias con un objetivo claro: reforzar las competencias, aumentar la empleabilidad y las oportunidades de encontrar trabajo. Para ello cuentan con el trabajo del técnico –con quien se reúnen varios días a la semana– junto a la ayuda de especialistas, voluntarios y empresas de diversos sectores, unidos a la intermediación de entidades y Ayuntamientos con el mundo empresarial.

Estas ayudas, junto a la cultura colaborativa inherente, los respalda en una búsqueda de trabajo más ordenada, coordinada y eficaz. Empiezan haciendo un mapeo de las empresas locales, se estudian sus necesidades y se las visita, diseñan estrategias y se apoyan unos a otros. Una lanzadera acaba convertida en un espacio multiplicador, intervención que genera conocimiento y movilización, energía que se adapta a los perfiles laborales del siglo XXI. Una herramienta de conocimiento al servicio de los jóvenes.












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