EROSKI/CONSUMER
- La productividad puede mejorar con hábitos que hacen ser más eficientes.
- Ser ordenados, tener un calendario o descansar 15 minutos cada hora y media.
- La escritura entrena la creatividad y permite pensar y reflexionar más.
Ser eficaz en nuestro empleo no es cuestión de pasar más horas en el puesto de trabajo, sino de aprovechar al máximo aquellas en las que se está dedicado a la labor en cuestión. La productividad puede mejorar si se adoptan hábitos que hacen ser más eficientes. En Eroski/Consumer nos dan algunos consejos.
Las ideas primero se escriben a mano
Siempre que se tenga una idea hay que escribirla a mano. Esto ayuda a asentarla mucho mejor pues el ser humano se concentra en desarrollar lo que va escribiendo, piensa en las letras que plasma. La escritura entrena la creatividad y, además, permite pensar más, tachar, volver sobre lo escrito, reflexionar... Y releer después lo que se ha escrito ayuda a que las ideas evolucionen.
Reposar 24 horas las decisiones importantes
Una buena idea es también dejar madurar una decisión importante durante al menos 24 horas. Si se espera un poco y se deja que repose la idea, se evitará cometer errores importantes por haber tomado decisiones "en caliente".
Liberar el cerebro durante cinco minutos
Tener dos o más pensamientos distintos en la mente lleva al estrés, y casi siempre termina en fracaso. La creatividad y eficacia aparecen cuando se deja espacio para que surja. Por ello, conviene cada día tomarse cinco minutos antes de empezar a trabajar para liberar la mente de todas las ideas que la abruman, según explica la coach Axelle Clement.
Limpio y ordenado en el trabajo
Para lograr eficiencia laboral es esencial mantener en orden el puesto de trabajo. Todos los expertos en Recursos Humanos coinciden en este punto. Si la zona de trabajo está desordenada, puede entorpecer el nivel de productividad y se desperdiciará mucho tiempo intentando encontrar cualquier documento o útil que se necesite para llevar a cabo una faena.
Un programa y horario establecidos
Se trata de una lista y un horario para resolver antes los asuntos prioritarios y colocar las tareas menos importantes al final. Se deben tener marcados los plazos de los proyectos y hacer el horario siendo realistas respecto al tiempo que tomará cada labor. Hay que tener en cuenta cuál es el momento del día en que uno es más productivo y eficiente. En esas horas deberíamos concentrar los quehaceres que necesiten más concentración y creatividad. El resto de la jornada se pueden desarrollar los trabajos más rutinarios o sencillos.
Descanso cada hora y media
Cuando se llevan más de 90 minutos con un enfoque y concentración al máximo nivel, el cerebro se empieza a dispersar y es necesario un descanso. Así, Alberto Blázquez, desde ABCoach, señala que es muy útil trabajar en cuatro tramos de hora y media, con 15 minutos de descanso. En la hora y media de concentración, no se debería usar el teléfono, Internet, ni responder, a menos de que sea una emergencia. Si por algún motivo no se está concentrado, lo más efectivo es dejar la tarea, descansar y retomarla después con ánimo.
La regla de los dos minutos
Aunque se haya programado el calendario al detalle, es también importante tener en cuenta la regla de los dos minutos: si surge una labor que se es capaz de resolver en menos de dos minutos, hay que acometerla de inmediato, pues se tarda más tiempo en añadirla a la agenda, planificarla, etc... La teoría, muy efectiva, es del consultor David Allen, autor del libro Haz que funcione (Alienta, 2011).
Saber delegar
Si se les permite realizar funciones a otras personas de un equipo, se puede dedicar más tiempo a ejecutar tareas más estratégicas. También es importante detectar qué trabajos requieren habilidades especiales que la persona no tiene o en las que no destaca y delegarlas en quienes sí las tienen dentro del mismo equipo y proyecto.
Un estilo de vida sano
Comer bien, hacer deporte y dormir las horas suficientes son aspectos imprescindibles para rendir con efectividad. Hacer deporte mejora el humor en el trabajo y la productividad. Además, dormir entre seis y ocho horas seguidas es básico.
Ánimo positivo y menos autoexigencia
Si se intenta ser siempre perfecto en el trabajo, es posible que se realice con un grado terrible de autoexigencia. Si no se permite un fallo o algo de relax, es fácil terminar con demasiado cansancio y estrés. También hay que buscar siempre la parte divertida y útil del trabajo, incluso cuando haya razones para no estar motivados.

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